Nace la iniciativa del nuevo gobierno Británico de solicitar a los empleados públicos su opinión y recabar ideas acerca de cómo recortar el gasto y reducir el déficit público. De todas las propuestas han preseleccionado más de 1.800, algunas de ellas ya las han incluido en los presupuestos para el 2011.
Vaya, igual que aquí,¿notan la ironía?.
Llevo trabajando en el sector público en España, Andalucía para ser más exactos, 34 años. ¡Treinta y cuatro!
Y nadie, hasta ahora, me ha pedido ninguna opinión ni idea. Ni para mejorar la gestión, ni por el beneficio del usuario, ni para recortar el gasto, ni para nada.
Es más, ha bastado que los que trabajamos en las trincheras, los que tenemos contacto con el usuario, basta con que lancemos una sugerencia hacia arriba, hacia una cadena de mando cada vez más numerosa, difusa e incompetente, para que se ignore y se aparte a la cuneta. Mejoras que hubieran costado cero euros, algunas.
Los que trabajan en sus despachos enmoquetados pierden el contacto con la realidad, sólo ven cifras macroeconómicas, que se maquillan a gusto.
Que parezca que la cosa funciona, y los billetitos a la saca, el resto da igual.
Esta iniciativa del Gobierno Británico está orientada hacia el ahorro, puesto que pretende "recabar ideas acerca de cómo recortar el gasto". Puede parecer una propuesta cicatera, pero si se emplea bien y no se derrocha el dinero que invertimos en la administración, por ahí se empieza.
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Vaya, igual que aquí,¿notan la ironía?.
Llevo trabajando en el sector público en España, Andalucía para ser más exactos, 34 años. ¡Treinta y cuatro!
Y nadie, hasta ahora, me ha pedido ninguna opinión ni idea. Ni para mejorar la gestión, ni por el beneficio del usuario, ni para recortar el gasto, ni para nada.
Es más, ha bastado que los que trabajamos en las trincheras, los que tenemos contacto con el usuario, basta con que lancemos una sugerencia hacia arriba, hacia una cadena de mando cada vez más numerosa, difusa e incompetente, para que se ignore y se aparte a la cuneta. Mejoras que hubieran costado cero euros, algunas.
Los que trabajan en sus despachos enmoquetados pierden el contacto con la realidad, sólo ven cifras macroeconómicas, que se maquillan a gusto.
Que parezca que la cosa funciona, y los billetitos a la saca, el resto da igual.
Esta iniciativa del Gobierno Británico está orientada hacia el ahorro, puesto que pretende "recabar ideas acerca de cómo recortar el gasto". Puede parecer una propuesta cicatera, pero si se emplea bien y no se derrocha el dinero que invertimos en la administración, por ahí se empieza.