Es casi medio día cuando Javier Krahe (Madrid, 1944) entra por la puerta de la cafetería en la que se concretó el encuentro. Cercano a su casa, en el madrileño barrio de Malasaña, el local permanece sin mucho alboroto a esas horas de la mañana. Y se agradece. Krahe saluda, da la mano y pide un café con leche que no tardan en servirle justo al lado de su nuevo disco “Las diez de últimas” (18 Chulos, 2013) y del libro, obra de Paul Lafargue, que lo acompaña: “Derecho a la pereza”. Parece ser una obra conceptual -la parte musical del “bodegón”...
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Hay Javier Krahe, ha meneo