Con el triunfo de las multinacionales frente al pequeño negocio, las familias ya no saben realmente a quien compran los productos, sin darse cuenta de que es una herramienta muy poderosa. Si a la hora de inclinarnos por un producto u otro los argumentos principales fueran: ¿A quién le estoy comprando realmente?,¿Qué empresa trata mejor a sus trabajadores? o ¿Cual es su política medioambiental?, las empresas se gastarían menos dinero en publicidad y más en salarios, de forma que los ciudadanos recuperarían el control de la economía.
Comentarios
Con la crisis actual, la primera pregunta que se hace la gente, y la más importante de todas, es: ¿puedo pagarlo?
Claro. Pero todo el que pueda decidir, que lo haga.