Dos asuntos traen de cabeza estos días a los responsables de la Sagrada Família: la visita del Papa, que tendrá lugar el 7 de noviembre, y el paso de la tuneladora del AVE, Barcino, junto a la fachada de la Gloria, prevista para las próximas semanas. Mientras se pone a punto el interior del templo para que sea consagrado por Benedicto XVI –los trabajos están muy avanzados–, decenas de aparatos se están colocando y ajustando por todo el edificio, en especial en su parte frontal, para medir los efectos que pueda tener sobre su estructura...
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No sólo es el paso de la tuneladora, la vibración provocada por el paso de los trenes, cuando circulen ahí los AVE es también un enorme riesgo. La cabezonería de hacer el tunel por el centro de Barcelona...
Como caiga la Sagrada Familia veo a RENFE arder por toda Barcelona