La magistrada considera a los progenitores autores de un delito de abandono de familia e impone a cada uno el pago de una multa de 1.080 euros. La perito judicial señaló que el perjuicio que se causa al niño es «grave y flagrante», sobre todo por la «privatización de la socialización» y su «afectación en la autonomía», ya que sus padres eligen las materias en función de «sus propios criterios» –meditación, mindfulness, juego libre...–, ocurriendo lo mismo con las extraescolares. La clave de la condena está en las «flagrantes carencias» de la...