Hace 12 años | Por --278232-- a jotdown.es
Publicado hace 12 años por --278232-- a jotdown.es

La premisa número uno para el triunfo galo era que el encuentro fuera a pocos puntos. Ahí se podían manejar con cierta comodidad y poner en apuros al conjunto español, cuyo juego posicional es francamente mejorable y que ha demostrado en estos seis años victoriosos ciertos problemas en los últimos cuartos. Si lo intentaron, desde luego no lo consiguieron: intercambiando golpes, España iba a ser superior y eso se veía venir desde el minuto seis.

Comentarios

equisdx

Importante la crítica a Scariolo, que definitivamente no se trabajó los sistemas y no supo hacer rotaciones hasta la final, cuando justo se dio cuenta de que funcionaban con Sada, Ibaka, Llul y Ricky. También coincido con lo de Mel Otero, que no tiene mucha idea de baloncesto, y basta que diga que tal jugador se está marcando un partidazo, para que falle tres triples. En cuanto al duo Epi-Itu, es un equilibrio entre la seriedad de uno y las bromas del otro. Sin duda Trecet tiene su forma particular de comentar, pero yo casi hubiera puesto al combo Trecet de narrador junto con Epi e Itu de comentaristas.

D

Ya se sabe que el deporte en España sigue unas constantes: los jugadores despotrican del entrenador, el entrenador del árbitro, la prensa de entrenador, árbitro y jugadores… y el aficionado pone a caer de un burro a los cuatro anteriores y a la televisión que retransmita el campeonato o partido en cuestión.

No nos vamos a alejar del tópico ni un centímetro. Seis años de La Sexta empiezan a ser muchos años, con esas agotadoras giras de pretemporada en las que ya se prueban los anuncios con los que nos machacarán durante semanas y semanas… ese “este partido es la leche” para anunciar a una central lechera, ese Marc Gasol aturdido, medio mareado, dando vueltas en bucle en su coqueto loft pidiendo a Caser que le arregle una gotera, o el hombre que consigue gracias a su móvil arreglar un desayuno de aniversario moviendo sillas, mesas, flores y bandejas llenas de comida sin que su mujer se despierte.


Cuánta razón.