Hace 10 años | Por Maradicu a blogs.20minutos.es
Publicado hace 10 años por Maradicu a blogs.20minutos.es

Así que Lilith, una mujer tan hermosa como libre, empezó a hartarse de que Adán la mangoneara todo el rato y le dijo que qué narices era eso de tener que hacer siempre el amor en la postura del misionero. “¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual”.