El 11 de agosto de 2011 se publicó en The New England Journal of Medicine un trabajo que ha merecido la calificación de mejor descubrimiento del año por la revista Science, una especie de “oscar” de la investigación científica. Los investigadores esperaban completar el estudio para el año 2015. Sin embargo, los resultados han sido tan espectaculares que los han hecho públicos inmediatamente.