Existe un lado oscuro en nuestro interior. Ése que nos lleva a mirar a través de las cerraduras o por 'ventanas indiscretas' y que Alfred Hichkcock retrataba con maestría en sus películas. Esta faceta voyeur la alimentan y rentabilizan avezados empresarios mediáticos con programas de telerrealidad, pero sólo el videojuego Los Sims la ha sabido llevar a su máxima expresión.