Comparar 'Disturbia' con 'La ventana indiscreta' de Hitchcock equivale a comparar 'Liberad a Willy' con 'Tiburón', es decir un auténtico bochorno. Ipods, youtubes y Xboxs pueblan el filme sin ningún rubor, signo inequívoco de hacia donde van los tiros: hacia un público meramente adolescente.