Publicado hace 11 años por pabgn a unainterrogacionambulante.blogspot.com.es

Hace algún tiempo me pareció interesante el viejo problema, ya planteado por Sócrates, de si la virtud, en el sentido griego del término, se hereda, o si cada uno de nosotros tenemos que conquistar nuestra propia e intransferible areté. Siempre, en esta discusión, me he decantado por el eclecticismo: es muy probable que de un padre virtuoso salga un hijo de las mismas características; pero de muy poco le valdrá esa herencia si no la trabaja, la desarrolla y la potencia. Y eso sin duda comienza a realizarse a través la educación.