Quien todavía piense en el software libre como el hermano pobre y romántico de la industria informática tiene ahora motivos para cambiar de opinión. Frente al imperio de los sistemas propietarios, la alternativa de Linux gana peso y adhesiones gracias a los ahorros de costes en software y hardware que ofrece.
Uso software libre, tanto en mi casa como en el trabajo, por dos motivos: el primero, porque cumple con absolutamente todas mis necesidades (y estoy seguro que pasaría en el 90 % de las empresas si simplemente se decidieran a usarlo); y, el segundo, por principios. No estoy dispuesto a permitir que una empresa privada, cuyo único fin es obtener beneficios, controle lo que puedo o no puedo hacer con su software y con los datos manejados por este. Y como no estoy dispuesto, pues no lo uso.
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Uso software libre, tanto en mi casa como en el trabajo, por dos motivos: el primero, porque cumple con absolutamente todas mis necesidades (y estoy seguro que pasaría en el 90 % de las empresas si simplemente se decidieran a usarlo); y, el segundo, por principios. No estoy dispuesto a permitir que una empresa privada, cuyo único fin es obtener beneficios, controle lo que puedo o no puedo hacer con su software y con los datos manejados por este. Y como no estoy dispuesto, pues no lo uso.
¿Que pasa que Mocosoft ya no hace suculentos regalos a los directivos?