Es un jueves más para muchas familias del centro de Málaga. Para otras, esas que han sido sacudidas por esta interminable crisis económica, está marcado en rojo en el calendario. Son las que se arremolinan a las seis de la tarde a las puertas del número 2 de la calle Amargura en pleno barrio de La Victoria con un carro de la compra vacío. Aguardan a que se abran las puertas del local y...
"Es el final de otro jueves más en el que muchas familias pudieron respirar aliviadas mientras empujan su carro lleno esperando a que esta maldita crisis económica desaparezca, al igual que los días en rojo en su calendario".
Ese es el problema. Ese es el error. La crisis NO VA a desaparecer sola ya que no es una crisis como tal. Es complicado de sintetizar un domingo al mediodía pero el problema es que mucha gente estamos mal por dos motivos bien diferenciados:
1. Hay otra gente a la que le interesa que estemos mal. Esto abarca mucho más que la crisis europea pero también es otro tema.
2. No es solo culpa de la población que ha propiciado la crisis, todos somos en parte responsables de nuestra realidad. Esto escuece, pero es lo que hay.
No podemos esperar cruzados de brazos a que la solución llueva del cielo porque no va a llover. El camino para dejar de pasar penurias es largo y pasa por la educación desde la cuna de las nuevas generaciones y por un cambio absoluto en el sistema. Con un breve vistazo a nuestro alrededor podemos ver que ni una cosa ni la otra son factibles ahora mismo ni en nuestro país ni en muchos otros con sistemas económicos y formas de entender la realidad muy diferentes a las nuestras.
Comentarios
"Es el final de otro jueves más en el que muchas familias pudieron respirar aliviadas mientras empujan su carro lleno esperando a que esta maldita crisis económica desaparezca, al igual que los días en rojo en su calendario".
Ese es el problema. Ese es el error. La crisis NO VA a desaparecer sola ya que no es una crisis como tal. Es complicado de sintetizar un domingo al mediodía pero el problema es que mucha gente estamos mal por dos motivos bien diferenciados:
1. Hay otra gente a la que le interesa que estemos mal. Esto abarca mucho más que la crisis europea pero también es otro tema.
2. No es solo culpa de la población que ha propiciado la crisis, todos somos en parte responsables de nuestra realidad. Esto escuece, pero es lo que hay.
No podemos esperar cruzados de brazos a que la solución llueva del cielo porque no va a llover. El camino para dejar de pasar penurias es largo y pasa por la educación desde la cuna de las nuevas generaciones y por un cambio absoluto en el sistema. Con un breve vistazo a nuestro alrededor podemos ver que ni una cosa ni la otra son factibles ahora mismo ni en nuestro país ni en muchos otros con sistemas económicos y formas de entender la realidad muy diferentes a las nuestras.