Cuando se repartió la ficha de la vivienda a la hora de construir el Estado de bienestar, al sur de Europa no le tocó ninguna. Sanidad o educación sí, pero el derecho a un techo no se incluía y los diferentes Gobiernos han apostado por la construcción de vivienda para venta con el fin de impulsar la economía y el empleo antes que con el de dar cobijo a las familias. A la vez que desatendían el mandamiento constitucional de no especular con el suelo. Y los ayuntamientos han tenido un papel estelar.