Hace 13 años | Por dazibao22 a correntroig.org
Publicado hace 13 años por dazibao22 a correntroig.org

La revolución árabe y en concreto en Libia, ha desatado una fuerte polémica en las filas de la izquierda marxista, que puso de manifiesto profundas diferencias teóricas que subyacen en los mecanismos para la interpretación de los hechos.¿Cómo es posible que ante unos acontecimientos que todo el mundo reconoce, se puedan dar interpretaciones tan diferentes?Es obvio que en este vuelco tiene que ver la frase de la articulo de Fidel Castro el 22 de febrero.A partir de este momento todas las teorías de la conspiración se desataron...

Comentarios

D

Hay demostraciones de que ciertos datos o circunstancias son más propensos a provocar un levantamiento popular con consecuencias revolucionarias. Recuerdo la lectura a lo largo de los años de escuela, instituto o universidad, en los que a veces se recurría al tema del "precio del pan", o "precio del trigo"...
Lo que sí está claro, es que la Revolución Francesa levantó a la mayoría del pueblo contra el régimen despótico del monarca, pero no fue una conspiración de panaderos...

dazibao22

"La teoría de la conspiración en manos de la izquierda reduce la política a una serie de conspiraciones, donde se decide la suerte de los pueblos y las clases. Esto, que puede ser válido en momentos de paz social, cuando los sujetos sociales se encuentran disueltos como individuos, es el peor método para encarar la realidad cuando comienzan a aparecer las clases sociales y los pueblos “para sí” ante el conjunto de la sociedad."
[...]
"el destino de un pueblo lo decide ese pueblo, no existen precondiciones “conspirativas” que impidan a ese pueblo avanzar, si cuenta con las determinaciones que lo permitan. El futuro, mal que le pese a los que les gustaría que la realidad fuera más “sencilla” (buenos y malos), no está escrito en ningún despacho ni en ningún círculo cerrado, sino en la correlación entre las fuerzas en conflicto. No hay más, ni hay menos.

Las conspiraciones que parecían tenerlo todo “atado y bien atado” se van por el desagüe, y las clases dirigentes tienen que reconstruir su política para frenar a las masas. La obligación de los marxistas es la de no quedarse en los esquemas conspirativos previos, sino ver los hechos, la realidad en su conjunto, analizar los cambios profundos, las corrientes internas que mueven a las clases, a sus diferentes fracciones, para ser capaces de establecer las previsiones futuras de la lucha social."