"Es norteamericano, con lo que llegaría a uno de los países más grandes del mundo. La diversidad de seudorreligiones cristianas en Norteamérica hacen muy atractivo el mercado de la fe en ese país (...). Es el único cardenal que se ha mojado en temas políticos, como la guerra de Irak, y sociales, como los sacerdotes pedófilos, porque tiene la oratoria necesaria para mover masas, sin parecer un extremista. Ha publicado libros dirigidos a la sociedad en general y no tesis teológicas al estilo de Ratzinger, imposibles de leer".