(...) Después de su cortísima fama, el gato de Schrödinger se enfrentó a tiempos difíciles. La tensión continuada de nunca saber si en cada momento iba a estar vivo o muerto pronto le pasaría factura. Una a una sus fuentes financieras se vinieron abajo. En poco tiempo dejó de ser invitado a dar seminarios y sus colegas científicos y estudiantes expresaron la incertidumbre de si iban o no a aparecer en sus conferencias. Algunas personas incluso discutían si realmente seguía vivo. Gradualmente el gato de Schrödinger comenzó a beber...
Comentarios
Hay gato...
#1 ... patada en los cojones
#2 y sin embargo se menea, delante el novio pa que la vea...