Ese tren blindado, que Federico García Lorca no pudo ver ni cantar, tuvo cierto protagonismo durante la contienda civil, si bien nunca llegó a alcanzar los éxitos del más popular de la historia, el transporte que utilizó León Trotsky, fundador del Ejército Rojo y primer presidente del Consejo Revolucionario Militar, con el que realizó 36 viajes entre 1918 y 1921. El tren de Trotsky constaba de dos locomotoras armadas y doce vagones en los que se incuían dependencias personales (incluso con baño), salas para secretarias, imprenta...