Hace 13 años | Por Magec a elmundo.es
Publicado hace 13 años por Magec a elmundo.es

Ejercicio de política-ficción: ¿Se imaginan qué pasaría en un país donde el partido mayoritario pudiera rediseñar los distritos electorales a su antojo? Respuesta correcta: Las fronteras responderían a sus intereses partidistas, ya que intentaría maximizar sus escaños. [...] Cada diez años, tras la realización del censo, se abre la veda a la reconfiguración, una práctica conocida como "gerrymandering". En algunos estados, el rediseño corresponde a comisiones independientes pero en la mayoría son las cámaras legislativas.

Comentarios

iramosjan

Lo más sucio de esa técnica es que suele gustar a los politicastros de ambos partidos, el demócrata y el republicano, porque consiste en intercambiar cromos: los distritos tienen que contar aproximadamente con X votantes, y lo que se hace se retorcer los límites de los distritos para crear uno en el que el contrario vencerá siempre con el 70% u 80% de los votos... en general yo gano con el cambio, porque me hace más fácil ganar en los cuatro o cinco distritos vecinos, y al partido afectado le perjudica también en general, pero a "algunos" de sus miembros, en cambio, les proporciona un cómodo sillón para toda la vida.

Además, y por si fuera poco, incentiva la radicalización porque crea distritos en los que los partidos no pueden perder, presenten a quien presenten.

Ah, y una de las escasas ventajas - tal vez la única - que tiene ese artículo de la Constitución que dice "La circunscripción electoral es la provincia" (68.2) es precisamente que hace tan difícil el "gerrymandering" que en la práctica es imposible.

antonioricaurte

Así ocurrió en Venezuela: a pesar de que el oficialismo obtuvo el 48% de los votos, alcanzó el 68% de los diputados a la asamblea.