Varias empresas y autores desconocidos registran en la SGAE obras de música clásica libres de derechos: desde Mozart a Beethoven o Chopin. Estas piezas se difunden en programas de televisiones públicas y privadas, entre otros en TVE es música. La SGAE ha abierto ya once expedientes disciplinarios para acabar con estas malas prácticas. Otras 11 productoras musicales podrían realizar prácticas similares.
Es increíble que una televisión pública esté inmersa en este tipo de prácticas para sacar dinero de derechos de autor sin hacer prácticamente NADA. ¿Qué cultura se defiende aquí? ¿Qué creatividad?
Y por otro lado quieren penar con hasta 6 años de cárcel a las páginas de enlaces. Los derechos de autor como están ahora están claramente creados para forrarse unos pocos y no para facilitar el acceso a la cultura de nadie.
Muy buen artículo, extenso y claro en lo que se denuncia. Lo mejor de todo es comprobar cómo muchos socios de la SGAE claman contra las palabras de su director, Anton Reixa, que se atrevió a denunciar esta mala práctica y se encuentra con que demasiados estómagos agradecidos viven de esta engañifa y de cambiar el método de distribución de lo recaudado algunos ilustres socios se quedarían sin nada. Es por esta y por otras cosas por lo que la transparencia en la SGAE se hace necesaria, pero a pesar de los cambios, parece que es la última de sus prioridades.
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Es increíble que una televisión pública esté inmersa en este tipo de prácticas para sacar dinero de derechos de autor sin hacer prácticamente NADA. ¿Qué cultura se defiende aquí? ¿Qué creatividad?
Y por otro lado quieren penar con hasta 6 años de cárcel a las páginas de enlaces. Los derechos de autor como están ahora están claramente creados para forrarse unos pocos y no para facilitar el acceso a la cultura de nadie.
Muy buen artículo, extenso y claro en lo que se denuncia. Lo mejor de todo es comprobar cómo muchos socios de la SGAE claman contra las palabras de su director, Anton Reixa, que se atrevió a denunciar esta mala práctica y se encuentra con que demasiados estómagos agradecidos viven de esta engañifa y de cambiar el método de distribución de lo recaudado algunos ilustres socios se quedarían sin nada. Es por esta y por otras cosas por lo que la transparencia en la SGAE se hace necesaria, pero a pesar de los cambios, parece que es la última de sus prioridades.