Un caparazón irrompible diseñado no con sofisticadas tecnologías, sino de forma natural. Esta resistente armadura pertenece a un pequeño caracol que vive en las profundidades marinas del Océano Índico y que, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, podría servir de inspiración para mejorar la protección de los soldados y de los coches blindados.
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