Hace 16 años | Por zevri a xlaizquierda.com
Publicado hace 16 años por zevri a xlaizquierda.com

Era una tarde calurosa del mes de agosto cuando el joven Aureliano no pudo más que correr para tratar de evitar lo inevitable. Estaba en la plaza Mayor cuando el grupo de guardias civiles llegaron preguntando por él, buscándole con los ojos y el corazón ávidos de sangre en unos casos, llenos de miedo y resignación en otros. Por eso cuando oyó su nombre no pudo más que correr para tratar de avisarle y evitar lo que no se podía evitar.