Nadie tuvo que enseñarle. Bonnie escuchó a un cuidador y le imitó. Excitación en la comunidad primatológica. Se pensaba que los primates no humanos son muy emocionales a la hora de producir sonidos, poco capaces de controlarlos, y con un repertorio muy limitado y fijo. Los grandes simios en cautividad aprenden a producir algunos sonidos nuevos tras un intenso entrenamiento.