Hace 14 años | Por bubota a lavanguardia.es
Publicado hace 14 años por bubota a lavanguardia.es

David se despierta a las cuatro de la mañana y empieza a deambular por la casa. Cuando siente desasosiego busca la melena de su hermana menor para estirársela. A este adolescente con autismo parece tranquilizarle el llanto de la pequeña, como si las lágrimas de la niña expresaran su propia desazón. Pero Nayra, de siete años, duerme encerrada bajo llave(...)Después de deambular por los pasillos y encontrar otras puertas cerradas, de ser tranquilizado y devuelto a la cama en varias ocasiones, el padre de David da la noche por concluida.

Comentarios

teo

Tengo un familiar que trabaja de psicóloga en un centro de autistas y me ha contado multitud de historias sobre ellos, desde algunas verdaderamente tristes a algunas bastante divertidas, especialmente con Asperger (autistas de alto rendimiento intelectual).
El autismo es un trastorno que suele dejar a los familiares bastante desarmados. Es difícil de entender. Por suerte para algunos, en algunas ciudades, como en Palma, ya hace un tiempo que existen pisos tutelados, centros de cuidado, etc., pero lo malo es que, por lo que he leído en el artículo, no pasa lo mismo en todas partes. Verdaderamente, una ayuda externa se hace casi imprescindible en muchos casos.
A todos los familiares de personas con autismo, ánimo y a seguir exigiendo cobertura pública a este gran problema.