La noche del sábado tocaba vaciado de tiendas. Al menos eso apuntaban ayer los trabajadores de la franquicia portuguesa Blue Rise, dedicada a la venta de ropa. «Es que se llevaron hasta el teléfono, este lo trajimos nosotros; nos comieron las galletas, se bebieron el agua y lo único que dejaron fueron esas bolsas». Esto explicaba una de las tres empleadas de esta tienda en A Coruña. Detallaba...