Victoriana tenía una desnudez cautivadora. A pesar de los años, que no eran menos de cuarenta, su cuerpo seguía siendo altivo y ondulante. Las nalgas y los pechos permanecían indómitos a la crueldad del tiempo, y el pelo le caía con suavidad hasta los hombros.
Comentarios
Lo he leído y me parece un cuento muy bonito, incluso con moraleja. Pero vamos, ésto no es una noticia.
¿y cuantas cosas de las que se mandan y se publican son realmente noticias?