Publicado hace 10 años por juan.membiela a membielaguitian.blogspot.com

La vida de Liniers siempre estuvo ante el abismo de las encrucijadas: entre la penumbra de los precipicios y lo acrisolado de lo sublime. La tibieza, cualidad de los mediocres, no encontró acomodo en las firmes aristas de su carácter.