Farinelli fue el más famoso de los castrati, esos cantantes a los que para preservar el timbre de su voz unos curanderos llamados norcinis les operaban antes de alcanzar la pubertad, entre los 8 y los 12 años de edad normalmente. Los norcinis realizaban sus procedimientos sin desinfección, a escondidas y bajo unas condiciones terribles utilizando unos instrumentos llamados “castratori”.