Hace 13 años | Por ewok a xornal.com
Publicado hace 13 años por ewok a xornal.com

En múltiples y duros debates, el conselleiro del bipartito defendía el Bantegal como el instrumento que frenaría el abandono del rural desde el respeto al medio ambiente y la mejora de las rentas de labradores y ganaderos. Por el contrario, el PP con una durísima dialéctica, exigía con vehemencia la retirada de un proyecto que pretendía “confiscar las tierras y nacionalizarlas, sobre todo –*enfatizaba– habida cuenta la ideología del conselleiro”. En aquel momento, para el PP el Bantegal suponía “un atentado contra la libertad”. Trad. en #1.

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Traducción al español:

Es habitual que en fines de semana o períodos festivos, desde la Xunta se transmitan a los medios de comunicación diferentes informaciones sobre proyectos que el gobierno gallego quiere destacar por diferentes motivos y para los que encuentra peor encaje en jornadas comunes y con la actualidad a pleno rendimiento. En esta línea, el Ejecutivo gallego hacía llegar ayer a la prensa diversos datos sobre el funcionamiento del Banco de Terras (*Bantegal), el instrumento creado por el Gobierno bipartito para arrendar fincas agrarias abandonadas.

En su comunicado, la Xunta explicaba que, durante 2011, Medio Rural “mantendrá los precios” estipulados por el *Bantegal para arrendar fincas. El objetivo, subrayan, es “facilitar la movilización de las tierras” e “incrementar la actividad productiva del campo”, todas ellas virtudes que, para el Gobierno, aglutinan la actividad del Banco de Terras.

Del mismo modo, desde la Consellería se informaba ayer de su interés en dar a conocer al sector el anteproyecto del que será la Ley de Movilidad de Terras, así como del “balance del Banco de Tierras” correspondiente a 2010. Hasta el pasado octubre, dice la Xunta, el *Bantegal ya cuenta con 8.532 parcelas a su disposición, 350 de las cuales se sumaron a lo largo del año que remata.

Los datos ofrecidos desde la Xunta, así como la interpretación positiva de un instrumento creado desde el Gobierno no tendrían carácter excepcional si no fuera por la interpretación que los actuales responsables políticos del Ejecutivo gallego realizaban del *Bantegal tanto en su creación como, sobre todo, durante la campaña electoral autonómica.

Hay algo menos de cuatro años, en marzo de 2007, Galicia se encontraba, como hoy, en plena precampaña municipal, y el entonces consejero de Medio Rural, el nacionalista Alfredo Suárez Canal, defendía en el Parlamento la tramitación de la Ley del Banco de Terras, teniendo como principal opositor al popular Roberto Castro, luego portavoz conservador de agricultura y actual director general de Relaciones Institucionales.

En múltiples y duros debates, Suárez Canal defendía el *Bantegal como el instrumento que “frenaría” el abandono del rural desde el “respeto” al medio ambiente y la “mejora de las rentas” de labradores y ganaderos. Por el contrario, Castro, con una durísima dialéctica, exigía con vehemencia la retirada de un proyecto que, aseguraba, pretendía “confiscar las tierras y nacionalizarlas, sobre todo –*enfatizaba– habida cuenta la ideología del consejero”. En aquel momento, para el PP el *Bantegal suponía “un atentado contra la libertad” que situaría a Galicia “en la Rusia post-zarista”, esto es, en el inicio de la Unión Soviética, dado que, auguraba, se extenderían las “expropiaciones de tierras”.

Este mismo argumentario regresaría, si cabe con mayor dureza, en los últimos días de la campaña de 2009, en los que unos panfletos sin firma alertaban a los labradores en diferentes localidades del rural de que “PSOE y BNG se quieren quedar con tus tierras” y se afirmaba que “si gobiernan BNG y PSOE te pueden quitar las tierras”. Ayer, la Xunta aseguraba que el *Bantegal “favorece el empleo de las tierras agrarias”.