Muchos se refieren a esta aldea como el pueblo de los molinos de viento, una vez llegas, inmediatamente vas a sentir que vuelas en el tiempo y aterrizas aproximadamente en el siglo XVIII, su ambientación es engalanada por pequeñas casas de madera en tonos verdes y el río Zaan hace su aparición para permitir la panorámica de lo que tanto has esperado: los molinos.