Publicado hace 9 años por SalamandrAzul a manjardehormiga.wordpress.com

Se besaban con ansia, a lengüetazos. No se requería mucha intuición para advertir que el alcohol y la droga habían erosionado esos cuerpos durante años hasta convertirlos en momias prematuras. Él olisqueaba su clavícula mientras le buscaba el culo con las dos manos (eso era lo que más molestaba a la gente de la calle); repasaba y toqueteaba, pero no había carne debajo ni nalga para amasar.

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