Hace 5 años | Por disoluta_d a revistaanfibia.com
Publicado hace 5 años por disoluta_d a revistaanfibia.com

En una cama siempre estamos condenados a repetirnos. Los ciclos del amor conyugal suelen ser implacables antes de caer rendidos. De un ejercicio horizontal a otro insomne y viceversa, se construye una vida en común. De mínimos gestos que se hacen con los pies, cerrando una boca, quitando un libro de las manos inermes. Y de eso que existe entre el sexo y el descanso, y de eso que reverbera entre el llanto y el amor, y de eso que se queda entre la última palabra y el resto del silencio.