Los apellidos han servido desde su origen para situar la procedencia y la posición social de las personas, y en un país con la riqueza cultural de España, es inevitable encontrar ejemplos que llegan hasta nuestros días como huellas fascinantes de la historia.
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Pero no puedes ir al registro y cambiarte el apellido por como conocen a toda tu familia en el pueblo. Así no dejan crear historia.