Nos situamos en un vuelo de Turkish Airlines, que el pasado martes recorría el trayecto Nairobi-Estambul. Todo parecía ir con normalidad hasta que un pasajero se quedó estupefacto al descubrir que entre las redes WiFi disponibles en la aeronave, una había sido bautizada como "Bomba a bordo". Informada la tripulación de cabina, se dio parte al capitán quien optó por aterrizar de emergencia en el aeropuerto más cercano, donde fueron desembarcado los cien pasajeros a bordo y se inició una investigación para dar con el gracioso.
Comentarios
El humor negro, está sobrevalorado.
Pues me gustaría saber cómo es posible dar con el gracioso. Yo creo que es imposible.