Hace 7 años | Por ccguy a cookingideas.es
Publicado hace 7 años por ccguy a cookingideas.es

El frío también puede ser un acicate para que una idea simple pero ingeniosa alumbre la mente del inventor. Al menos lo fue en el caso de un estadounidense de solo 15 años que construyó su propio artilugio para proteger su órgano auditivo ya en el siglo XIX: un par de orejeras. Pese a no reinventar la rueda, la creación de ese joven, llamado Chester Greenwood, no solo se popularizó en la época, sino que además ha llegado a nuestros días.

Comentarios

ﻞαʋιҽɾαẞ

Un invento muy utilizado a la hora de ir a votar.