Valencia, años 30. Mientras preparaban un examen sobre los efectos de la morfina, un grupo de estudiantes de medicina decidió probar dicha sustancia. Su intención era comprobar por sí mismos si lo que afirmaba su libro de texto coincidía con la realidad, pero las vivencias fueron muy diferentes. Después de inyectarse, la mayor parte de los amigos comenzaron a sentirse mal y vomitaron. Sin embargo, a uno de ellos, Juan Alonso, le sentó especialmente bien. Tanto, que se prometió no volver a consumirla jamás.
#1 Hace algunas decadas los recetarios te los regalaban o vendian. Y en algunos casos hasta se firmaba como les daba la gana., que nadie lo comprobaba.
Te aseguro que muchos no necesitaban ser medicos para tener recetas.
Hoy dia es muy distinto. Y aun teniendo enfermedades es complicado que te den medicamentos similares a la morfina.
Comentarios
¿Pariente de Alfonso?
Ya hubieran querido muchos yonkis poder tener un libro de recetas y potestad para rellenarlas...
#1 Pues una vez le trincó la policía porque se quedó sin ellas y se las robó a un colega. Lee el artículo, merece la pena.
#1 Hace algunas decadas los recetarios te los regalaban o vendian. Y en algunos casos hasta se firmaba como les daba la gana., que nadie lo comprobaba.
Te aseguro que muchos no necesitaban ser medicos para tener recetas.
Hoy dia es muy distinto. Y aun teniendo enfermedades es complicado que te den medicamentos similares a la morfina.
#4 Tener los talonarios de recetas era fácil, lo difícil (más o menos) era tener el sello del médico