Publicado hace 6 años por Maverick89 a vicisitudysordidez.blogspot.com.es

Me llego a mi escritorio en medio de la soledad de una oscura y tormentosa noche. Mis manos temblorosas sujetan la frágil pluma que -¡Ay de mí!- debe escribir estas líneas bañadas por la melancolía de las lágrimas. Mis ojos acuosos descienden hasta el pergamino y se clavan en él como puñales de incertidumbre. Finalmente, un suspiro recorre mi columna vertebral para escapar de mis labios hacia la tormenta, y lanzo la -¡Oh, Señor!- ominosa pregunta, cegada por el relámpago de la tempestad que se desata en mi interior...