El youtuber Logan Paul ha desoído todos los valores que de ella se desprenden al publicar un vídeo donde utiliza el cadáver de un hombre para hacer clickbait y conseguir las máximas visitas posibles. ¿Qué mejor idea para terminar el año que compartir con tus más de 15 millones de seguidores en Youtube tu excursión al bosque de los suicidios, en Japón?
No sé si me cae peor el gilipollas original o la manada de gilipollas que están republicando el vídeo o retuiteando capturas fingiendo que lo hacen para denunciar la insensibilidad del primero. Creo que los segundos.
Esto no habría ocurrido si el estado pusiera los medios para facilitar a los ciudadanos que así lo quisieran un suicidio asistido, indoloro, sin riesgo para terceros, de la forma más digna y ética posible y facilitando también todo el proceso de comunicación a los familiares y con todas las garantías que ha sido una muerte voluntaria por parte del fallecido.
Que exista un bosque como el que cita el meneo debería ser una vergüenza para la sociedad que con su inacción promueve ese tipo de circunstancias.
Lo curioso de Internet es que los gilipollas que solo hacían gilipolleces en su pueblo ahora son seguidos por millones de gilipollas que están en sus pueblos viendo como un gilipollas hace gilipolleces...
Tengo bastante imaginación, y nunca se me ocurre que el ser humano pueda llegar a ser un vertedero de sentimientos y ética como este individuo. Sólo pensar en encontrar a alguien que se acaba de quitar la vida me hunde en una tristeza inmensa. Me pregunto qué cojones tiene en la cabeza un excremento como este.
Comentarios
Logan Paul, un gilipollas con una cámara y acceso a internet...
Ya que fue al Aokigahara, podía haberse quedado alli.
#1 he leído algo en Twitter de la polémica pero no conozco al individuo en cuestión, que clase de vídeos hace? Es algo normal en el?
#2 Si, tiene un estilo parecido a Labordeta en "Un país en la mochila" pero visitando cadáveres con encanto.
#4 lo sé pero preguntaba qué que clase de vídeos hacía antes de esto?
#3 cabron que me haces reír
#5 Bueno, échale un vistazo a su canal de YT y verás que sus vídeos son bastante mediocres...
#2 Según parece, el lumbreras este, grabó un video frente a un cadáver que estaba en dicho bosque, riéndose del muerto.
http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20180102/434028545709/youtube-logan-paul-japon-video.html
#2 Realmente era una estrella de Vine que se pasó a youtube. Se debería haber quedado en los videos de seis segundos para adolescentes.
No sé si me cae peor el gilipollas original o la manada de gilipollas que están republicando el vídeo o retuiteando capturas fingiendo que lo hacen para denunciar la insensibilidad del primero. Creo que los segundos.
Esto no habría ocurrido si el estado pusiera los medios para facilitar a los ciudadanos que así lo quisieran un suicidio asistido, indoloro, sin riesgo para terceros, de la forma más digna y ética posible y facilitando también todo el proceso de comunicación a los familiares y con todas las garantías que ha sido una muerte voluntaria por parte del fallecido.
Que exista un bosque como el que cita el meneo debería ser una vergüenza para la sociedad que con su inacción promueve ese tipo de circunstancias.
Lo curioso de Internet es que los gilipollas que solo hacían gilipolleces en su pueblo ahora son seguidos por millones de gilipollas que están en sus pueblos viendo como un gilipollas hace gilipolleces...
Que alegría de gilipollas
He leído en Twitter lo que los jueces tuiteros opinan acerca de este señor y el diagnóstico es claro: no debería existir. Por hijo de la gran puta.
Algunos lo dicen con más sutileza y otros con más claridad, pero el diagnóstico de las masas linchadoras es claro.
Tengo bastante imaginación, y nunca se me ocurre que el ser humano pueda llegar a ser un vertedero de sentimientos y ética como este individuo. Sólo pensar en encontrar a alguien que se acaba de quitar la vida me hunde en una tristeza inmensa. Me pregunto qué cojones tiene en la cabeza un excremento como este.
Me gustaria que alguien me explicase de la aficion desmedida de los gilipollas por ponerse cosas en la cabeza.