Hace 2 años | Por senfet a elperiodico.com
Publicado hace 2 años por senfet a elperiodico.com

El juez precintó en enero de 2019 el 'casal' de Can Mercader, en el centro de Badalona, tras las denuncias de dos vecinos por el ruido del billar, la coral y el bingo.

Comentarios

eaglesight1

#4 Para no hacer ruido en las mesas con el dominó, poner un tapete. Para los domingos de baile poner un horario razonable, igual con el resto, sobre todo para el bingo y poner a una persona responsable que vigile que no se pasen con el ruido.
He vivido junto a un hogar de la tercera edad y la verdad es que no es para tanto, simplemente tenían un horario al que ajustarse.
Me parece una medida desproporcionada.

anakarin

#6 la cosa sería preguntarse si quisieron poner medidas para disminuir el ruido. Dudo mucho que los vecinos hayan ido directamente por la vía judicial...

Cuando he pasado cerca de un hogar del pensionista o asociaciones de personas mayores ni ha habido día que el ruido que hacían no fuera un escándalo.

caraca1

#6 como vas a poner un tapete para las fichas del dominó? alma de cántaro ,tu as jugado alguna vez? lol lol lol lol lol clap clap clap clap clap

eaglesight1

#8 Si tu madre te pegara la bronca por rayar la mesa y hacer ruido sabrías que o tapete o a la calle.tinfoil tinfoil

el-aleman

#6 Me alegra que tu experiencia fuera más llevadera que la mía, pero eso no hace la mía fuera soportable.

D

Luego se quejan de que las ciudades pierden vida, un día les va a pasar algo en casa y tendrán que pedir ayuda a algún repartidor de amazon rezagado...

senfet

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Una tarde a la semana, bingo para recaudar dinero para las excursiones. Otra, ensayo de la coral. A diario, ajedrez, cartas, dómino, periódicos y billar. También la tele y una pequeña barra de bar en la que pedir el cortado. Y servicio de podología y peluquería; y clases de informática básica. Listado de actividades y servicios que vendrían a ser el abecé de cualquier 'casal' de abuelos. Nada del otro mundo, aunque todo un mundo abierto para los más de 100 mayores de Badalona que acudían al 'casal' de Can Mercader a diario a hacer todas esas cosas o alguna. Incluso ninguna de ellas, simplemente a pasar un rato acompañados. "El 'casal' es vida", reza una de las pancartas.

Lo extraordinario en esta historia no es lo que se hace hacía en este 'casal', sino las reacciones que esas actividades provocaron en parte del vecindario, que llevó el ruido producido por estos abuelos a los juzgados; y la reacción del juez, que decidió precintar el local, de gestión municipal, en enero de 2019.

Pese a múltiples promesas incumplidas y tras varios cambios de alcalde, a día de hoy, junio del 2022, el 'casal' sigue cerrado y la lucha de sus usuarios para recuperarlo, viva.

A sus 74 años hoy, tres y medio menos cuando clausuraron el 'casal', Francesc Alís es de los jóvenes, pero se ha tomado esta lucha como "algo personal", dice, enfadado y dolido por todos los que ya no están y no podrán ver el 'casal' abierto de nuevo, y por los que ahora se tienen que repartir por bares de la zona para poder ir a tomar el café y hacer la partida de cartas; y por los que ya no lo hacen porque van con el taca-taca. "Se han perdido todos los servicios, todo; los de la coral van a ensayar a Can Canyadó, eso sí, pero ya se tienen que desplazar y son muy mayores; y la mayoría de actividades se han dejado de hacer y es muy injusto, no nos resignamos; no hay derecho", señala Alís, quien encargó y colgó una enorme pancarta con el eslogan 'Volem el casal de Can Mercader, el casal és vida!', pancarta que duró muy poco tiempo colgada. Al día siguiente había desaparecido.

"Cortamos dos veces la carretera, le gritamos al alcalde, pero no ha habido voluntad real de solucionarlo", prosigue el hombre, vecino del complejo residencial en uno de cuyos bajos estaba el 'casal'.

En julio de 2020, en pocos días hará dos años, el Ayuntamiento de Badalona anunció que el 'casal' reabriría a principios de otoño (del 2020, se entiende).

"Con normalidad"

Tras una reunión entre el alcalde de entonces, Xavier García Albiol, y el director general de la Fundació La Caixa -propietaria del local, gestionado por el ayuntamiento- el consistorio anunció que habían decidido que el casal "podría reabrir sus puertas tras el verano [del 2020] pero no podría acoger actividades ruidosas, como baile o canto de coral, mientras que el resto de actividades podrán desarrollarse con normalidad".

En noviembre del 2020, cuando en principio tendría que haber reabierto según el anuncio de aquel verano, la web del Ayuntamiento de Badalona publicaba que las obras para la reapertura del 'casal' "finalizarían en febrero [del 2021, se entiende]. "Las obras de acondicionamiento del local corren a cargo de la Fundació La Caixa, propietaria del local, y consisten en realizar mejoras generales de los espacios como arreglo de los techos, ventanas, fontanería o pintura, entre otros, para garantizar el confort de los usuarios y las usuarias", señalaba entonces una nota del consistorio, que decía también que las obras "permitirán su reapertura con todas aquellas actividades habituales de los 'casals', pero quedarán excluidos los bailes, fiestas o actividades excesivamente ruidosas, dado que la poca altura del techo impide ejecutar obras de insonorización".


Imposibles... ¿imposibles?

De hecho, en una visita de obras en noviembre del 2020 Albiol destacó que habían "conseguido lo que parecía casi imposible, desatascar la situación del 'casal' con una propuesta que convence a los usuarios y no generará problemas a los vecinos del entorno”. Dos años más tarde de ese anuncio, el local sigue cerrado con candado (literalmente) y el cartel oficial que indicaba que aquello era un 'casal' de la Fundació la Caixa ya no está.

Sí recuerdan su pasado unos carteles pequeños, tamaño folio, con el texto "Volem el 'casal'", pegados en los cristales.

Reformas más profundas

Fuentes del Ayuntamiento de Badalona y de La Caixa apuntan a este diario que cuando empezaron los trabajos acordados en el verano del 2020 se dieron cuenta de que "eran necesarias actuaciones de mayor profundidad para adecuar el equipamiento a la normativa vigente en relación con los centros de mayores; actuaciones como la incorporación de extracción de aire en los lavabos o adecuaciones de la instalación eléctrica y en materia de prevención de riesgos y seguridad".

Las mismas voces asegura que están "en la fase final de este proceso" y esperan que "pronto" -sin más concreción- "los mayores de Can Mercader puedan volver a disfrutar de su centro".

ComandantaShepard

#1 No sé a qué nivel podría llegar el ruido, que entiendo que puede ser muy molesto. Sin embargo, espero que sí no es en este local se abra uno nuevo cuanto antes