Interpreta sobre el agua una partitura en la que hay de todo: sentimientos, amor, persecución y locura. Está en plenitud, según confiesa. Y no miente. A estas alturas, tras ser doble medallista olímpica en los Juegos de Londres 2012 (plata en dúo y bronce por equipos) y ganar 18 preseas en sus últimos cinco Mundiales, se conoce de sobra.