Un pan azul, una pera o una manzana forradas de pelusilla blanca, un nigiri de carne sobre arroz mohoso, un pastel de membrillo transformado en hongo de colores… ¿Cómo algo que por su aspecto tirarías a la basura en casa lo puedes comer en un plato delicioso de un restaurante de vanguardia? El moho, en principio repelente, da mucho juego en gastronomía.
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Si Fleming levantará la cabeza
En nada...