ASOMANDO a la noche en la terraza de un rascacielos altísimo y amargo pude tocar la bóveda nocturna y en un acto de amor extraordinario me apoderé de una celeste estrella. Negra estaba la noche y yo me deslizaba por la calle con la estrella robada en el bolsillo. De cristal tembloroso parecía y era…
Comentarios
SPAM: @astrocoach