n el siglo XVI, el emir Khair Bey prohibió en El Cairo la droga que llevaba tiempo excitando, prendando y enamorando a sus súbditos. El brebaje contradecía el dictado del profeta Mahoma: el hombre no debe intoxicarse. Al pueblo le apasionaba la sustancia, y el dinero y el negocio fluían. Ni consumidores ni proveedores iban a amilanarse ante la censura, y proliferaron revueltas que, finalmente, torcieron la mano de Kahir Bey. Fueron unas revueltas de yonquis; de yonquis del café.
Comentarios
Yonqui y maricón. Lo tengo todo para darte una noche que jamás olvidarás.
Prefiero el término politoxicomano por favor.