Pese a sus esfuerzos con las ovejas, las vacas y los tractores, Casado no es ni parece "el buen pastor dispuesto a dar la vida por su rebaño", por mucho que se empeñe. En política, ya saben, se puede hacer de todo menos el ridículo y con sus actos inclasificables delante de lanudos animales que balan y mugen, mientras él habla y acusa al ministro de Consumo de atacar al queso, a la carne y de obligarnos a comer quinoa, el presidente del PP va haciendo pequeñito a un candidato que ya tiene bastante consigo mismo y los tribunales.
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