Hace 4 horas | Por Arariel a lamarea.com
Publicado hace 4 horas por Arariel a lamarea.com

Clara Ramas, conocida por sus investigaciones sobre marxismo y por su paso por la Asamblea de Madrid como diputada de Más Madrid, acaba de publicar El tiempo perdido (Arpa). A lo largo de un ensayo que se lee como una novela, Ramas analiza y critica la política de la melancolía, una corriente de pensamiento contemporánea que mira al pasado en busca de las respuestas que no es capaz de construir en el presente, en una búsqueda de la Edad dorada tan inútil como potencialmente reaccionaria.

Comentarios

Desideratum

Cada vez que veo un currela, más quemado que la pipa de un indio, con la pulserita rojigualda en la muñeca, lo suelo estudiar con cierta curiosidad y atención. Experimento algo parecido a la distopía en la que un negro desea vestirse de miembro del ku klux klan.

Sin ir más lejos, hace unos días tuve que pasar la ITV de mi ciudad y estuve observando a muchos de estos ciudadanos. Creo que hay pocos lugares en los que puedas hacer un estudio muestral de población más representativo de un país que en una ITV. Había una característica común en bastantes de ellos, no tenían pinta de ser muy reflexivos.

Recuerdo una vez que tuve la oportunidad de escuchar con tranquilidad la conversación de uno de estos con otro. Estaba firmemente convencido que si entraran los ultras volverían los días de alegría y gloria de la preburbuja inmobiliaria.

Me da a mí que la sobredosis de radio fachosférica tiene estas terribles consecuencias colaterales de provocar sería confusión mental en sus radioyentes.

berkut

Discrepo parcialmente con lo que plantea la autora.

Es posible que basar la acción política en la nostalgia no sea la mejor manera de adaptarse al contexto social actual. Vale. Pero en dicho caso, cómo es que a la derecha le va tan bien con plantamientos del pasado: libertad económica (bajada de impuestos al capital, minimización de la acción social del estado/privatización, nacionalismo, moral tradicional, etc.)..

La autora cita cuestiones importantes: deterioro de las condiciones materiales de la clase obrera y el medio ambiente, para acabar diciendo:

hay posiciones de derechas un poco más anticapitalistas, otras un poco más liberales, otras más patriotas, otras menos. Pero lo que nunca se mueve es una defensa de un orden binario, jerárquico y tradicional de género. Es el núcleo último de la defensa del orden que llevan a cabo estos reaccionarios. El feminismo es el monstruo contra el que quieren dirigir sus espadas, porque sienten que amenaza lo que somos de una manera íntima


Discrepo a la mayor. Creo que:

1- La derecha conservadora (localista, tradicionalista, etc) se encuentra super cómoda utilizando el feminismo y la igualdad como elemento de debate, y cierta izquierda se lo pone en bandeja.

2- A la derecha liberal-globalista, la cuestión de la igualdad se la trae al pairo. Simplemente critican dedicar recursos públicos a dicho tema, como a cualquier otro.


Personalmente, considero que hay cuestiones transversales (es decir, que nos afectan a todes) y que no ocupan el espacio de debate que deberían por parte de la izquierda:

Politica fiscal supranacional: ojalá desde la izquierda se unieran fuerzas en poner esta cuestión en el centro del debate como lo hace por la igualdad de género. Sobre todo, con propuestas. Os imaginais un dia mundial contra los paraisos fiscales que sacara a millones de personas a la calle?

Relaciones comerciales éticas a nivel internacional, muy especialmente a nivel de recursos y de energía. El tema del comercio justo ha quedado muy apartado a nivel mediático-político, cuando nos afecta e impacta de manera bestial (sin ir más lejosSe deja lo de comercio justo para las chocolatinas, el café o a lo mucho la ropa. Os imaginais millones de personas reclamando gasolineras que cumplieran minimos de ética (no solo "eco") en su proceso de producción/comercializacion? (lo mismo digo con el gas o la electricidad, o los recursos básicos como el cobre).

Sinceramente, creeis que la derecha (cualquier derecha) se sentiría más cómoda enfrentando masivamente estos puntos de debate, que la cuestión de la igualdad de género? (ojo, sin desmerecer su importancia). Yo creo que no.