En líneas generales la conocida como “ley Celaá”, que obtuvo en el Parlamento un respaldo mayoritario, tiene entre sus objetivos:
- Que se mejore el sistema de admisión de la escuela concertada
- Que se de prioridad a los centros que defiendan el principio de coeducación
- Que se eliminen los nefastos itinerarios educativos; todos los alumnos de la ESO, con independencia de la opción curricular que elijan podrán acceder a la misma titulación
- Que los alumnos repetidores cuenten con un plan personalizado
- Que la Religión deje de estar considerada como materia específica en 1º y 2º de Bachillerato y que su nota no se tenga en cuenta en los procesos de acceso universitario o de solicitud de becas
- Que los alumnos de Primaria y Secundaria puedan acceder a la enseñanza no confesional de cultura de las religiones y reciban formación en Valores Cívicos y Éticos.
- Que la Educación en valores cívicos y éticos sea obligatoria para todos los alumnos en un curso de primaria y en otro curso de secundaria
- Que los centros que reciben fondos públicos, de forma parcial o total, no puedan separar al alumnado por su género
- Que en lo relativo a la Educación Especial, los centros de carácter ordinario tengan un plazo de diez años para alcanzar los recursos necesarios que les permitan atender al alumnado con discapacidad y que los centros de Educación Especial que atienden a alumnos que necesitan una atención más especializada cuenten con el apoyo de las administraciones.
- Que los consejos escolares recuperen sus competencias en los centros concertados y puedan reincorporar a un representante del Ayuntamiento
- Que los resultados de las evaluaciones de los alumnos no tengan validez para el ranking de centros
- Que la educación primaria se vuelva a evaluar cada dos cursos, es decir tres ciclos de dos años cada uno, desde los seis hasta los once años
- Que las administraciones garanticen el derecho a recibir la enseñanza en castellano y en las lenguas cooficiales
- Que el contenido básico del currículo fijado por el Ministerio de Educación no supere el 50 % del horario lectivo para las comunidades con lengua cooficial ni el 60 % para las restantes comunidades.
- Que la denominada “demanda social”, que era la llave para abrir nuevos centros concertados o aumentar las plazas de los ya existentes, no sea un criterio válido
- Que se garantice un número suficiente de plazas públicas
Estos son los objetivos contra los que tanto la Iglesia Católica como la derecha se rebelan.
La derecha y la iglesia católica han tratado de parar la ley Celaá lanzando mentiras y bulos. Ya han sido todos rebatidos, pero quiero recordar uno de los primeros, que matemáticas iba a ser optativa en el bachillerato científico. Muchos expertos de lo tragaron.
Creo que ya todos tenemos más o menos asumido que los banco no son nuestros amigos, que si nos ofrecen algo "mu'bueno" es porque el propio banco es el que más va a ganar con esa relación y por eso presionan de manera brutal a los que están en contacto directo con los clientes.
Bien, pues vamos a tener que empezar a asumir que los medios de comunicación no son nuestros amigos, que tienen unos dueños que solo se preocupan por su bolsillo, por tanto si algo les perjudica, aunque beneficie a la inmensa mayoría de la sociedad, estos van a comenzar una campaña brutal para intentar manipular la opinión pública.
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En líneas generales la conocida como “ley Celaá”, que obtuvo en el Parlamento un respaldo mayoritario, tiene entre sus objetivos:
- Que se mejore el sistema de admisión de la escuela concertada
- Que se de prioridad a los centros que defiendan el principio de coeducación
- Que se eliminen los nefastos itinerarios educativos; todos los alumnos de la ESO, con independencia de la opción curricular que elijan podrán acceder a la misma titulación
- Que los alumnos repetidores cuenten con un plan personalizado
- Que la Religión deje de estar considerada como materia específica en 1º y 2º de Bachillerato y que su nota no se tenga en cuenta en los procesos de acceso universitario o de solicitud de becas
- Que los alumnos de Primaria y Secundaria puedan acceder a la enseñanza no confesional de cultura de las religiones y reciban formación en Valores Cívicos y Éticos.
- Que la Educación en valores cívicos y éticos sea obligatoria para todos los alumnos en un curso de primaria y en otro curso de secundaria
- Que los centros que reciben fondos públicos, de forma parcial o total, no puedan separar al alumnado por su género
- Que en lo relativo a la Educación Especial, los centros de carácter ordinario tengan un plazo de diez años para alcanzar los recursos necesarios que les permitan atender al alumnado con discapacidad y que los centros de Educación Especial que atienden a alumnos que necesitan una atención más especializada cuenten con el apoyo de las administraciones.
- Que los consejos escolares recuperen sus competencias en los centros concertados y puedan reincorporar a un representante del Ayuntamiento
- Que los resultados de las evaluaciones de los alumnos no tengan validez para el ranking de centros
- Que la educación primaria se vuelva a evaluar cada dos cursos, es decir tres ciclos de dos años cada uno, desde los seis hasta los once años
- Que las administraciones garanticen el derecho a recibir la enseñanza en castellano y en las lenguas cooficiales
- Que el contenido básico del currículo fijado por el Ministerio de Educación no supere el 50 % del horario lectivo para las comunidades con lengua cooficial ni el 60 % para las restantes comunidades.
- Que la denominada “demanda social”, que era la llave para abrir nuevos centros concertados o aumentar las plazas de los ya existentes, no sea un criterio válido
- Que se garantice un número suficiente de plazas públicas
Estos son los objetivos contra los que tanto la Iglesia Católica como la derecha se rebelan.
La derecha y la iglesia católica han tratado de parar la ley Celaá lanzando mentiras y bulos. Ya han sido todos rebatidos, pero quiero recordar uno de los primeros, que matemáticas iba a ser optativa en el bachillerato científico. Muchos expertos de lo tragaron.
Otro capítulo aparte se merece el intocable negocio de los libros escolares.
Creo que ya todos tenemos más o menos asumido que los banco no son nuestros amigos, que si nos ofrecen algo "mu'bueno" es porque el propio banco es el que más va a ganar con esa relación y por eso presionan de manera brutal a los que están en contacto directo con los clientes.
Bien, pues vamos a tener que empezar a asumir que los medios de comunicación no son nuestros amigos, que tienen unos dueños que solo se preocupan por su bolsillo, por tanto si algo les perjudica, aunque beneficie a la inmensa mayoría de la sociedad, estos van a comenzar una campaña brutal para intentar manipular la opinión pública.