Hace 2 años | Por eaglesight1 a xlsemanal.com
Publicado hace 2 años por eaglesight1 a xlsemanal.com

Tenía doce años y no lo olvidará nunca. Era un día hermoso, de sol y cielo azul, sin una nube: uno de esos días que parecen dispuestos por Dios o por quien disponga esas cosas para saludar los grandes acontecimientos. Y fue a media mañana cuando su padre llegó exultante a casa. Venía optimista, feliz, caminando a largas zancadas. Con prisa.