Hace 2 años | Por n1kon3500 a youtube.com
Publicado hace 2 años por n1kon3500 a youtube.com

Los paramilitares amhara junto con el ejército federal etiope llevan las últimas 24h haciendo un asalto en dos frentes a posiciones tigrinas en Amhara. La fuerza asaltante esta compuesta de unos 10.000 soldados, siendo la parte del gobierno federal sobretodo nuevos reclutas semi-voluntarios de escasa formación. Los tigrinos están presentando una férrea resistencia y realizando emboscadas. Las aerolíneas comerciales etiopes están apoyando el esfuerzo bélico del gobierno federal. Sobre los bombardeos con drones, no hay pruebas de su efectividad

Comentarios

Adriel_Doe

Tras la caida de la República Democrática Popular de Etiopía el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), se convirtió en el nuevo Gobierno provisional de Etiopía en 1991, elaboró una nueva Constitución ―finalmente aprobada tres años después― y convocó las primeras elecciones democráticas de la Historia reciente de Etiopía, que se celebrarían en mayo de 1995.

La nueva Constitución introdujo el llamado federalismo étnico: se redibujó el mapa administrativo del país y se establecieron nueve estados regionales —kililoch o kililes— que correspondían aproximadamente a las etnias dominantes en cada territorio, sin tener en cuenta otros factores geográficos o económicos. Cada etíope tuvo que declarar su pertenencia a uno de los más de 80 grupos étnico o tribales para ser asignado a un kilil, donde podría ejercer plenamente sus derechos civiles y políticos. De este modo, se acababa con siglos de libre circulación entre etnias y territorios, y comunidades que llevaban siglos establecidas en un lugar pasaron a ser consideradas “inmigrantes” o “no nativas”; las tierras comunales, administradas tradicionalmente por las comunidades locales, pasaron a ser propiedad de los estados regionales. La mayoría de los kililes cuentan con minorías muy significativas que no pertenecen a la etnia dominante y se han producido numerosos conflictos intercomunales, con muertos, heridos, propiedades destruidas y comunidades enteras desplazadas.

El nuevo sistema político fue diseñado expresamente para fragmentar la política etíope y evitar el surgimiento de una oposición de corte nacional. Al desplazar el peso de la política de la esfera estatal a la regional, especialmente cuando estas regiones habían sido dibujadas siguiendo criterios políticos, el FDRPE logró que los debates políticos se articulasen en torno a cuestiones étnicas, lo que beneficiaba a su retórica y estrategia. Los críticos con el sistema afirman que, si bien la clase dominante tradicional seguía una política asimilacionista para lidiar con las tensiones étnicas e incorporar a las élites regionales, la élite tigray ha dado la vuelta a la tortilla y emplea los conflictos interétnicos para mantenerse en el poder.

Una de las consecuencias del federalismo étnico ha sido un cambio en la forma en la que los etíopes perciben su identidad. Sin duda, el sentimiento de pertenencia al grupo étnico se ha incrementado, pero algunos etíopes sostienen que la identidad nacional se ha visto perjudicada por las políticas étnicas. Se trata de un debate candente en Etiopía.

Ciertamente, el sistema federal ha alcanzado logros notables. El principal ha sido redistribuir la inversión estatal entre las regiones alejadas del centro. Se han establecido universidades en cada uno de los diferentes estados regionales y desde los años 90 se han implementado planes para diversificar el cuerpo de funcionarios e incorporar representantes de todos los grupos étnicos. Las regiones rurales han visto cómo se construían carreteras, centros médicos y escuelas y la posibilidad de usar las lenguas locales en lugar del amhárico ha aumentado las oportunidades de ascenso laboral en la Administración y la educación. Además, el principio de autogobierno ha hecho que muchas comunidades locales se preocupen por dar a sus hijos acceso a la educación superior, dado que los administradores y altos funcionarios ya no son enviados desde la capital. Esto ha aumentado la confianza de las etnias minoritarias al no pretender asimilarlas desde un Estado centralista.

Por otro lado, el sistema tiene sus inconvenientes, especialmente para aquellos etíopes que no residen en las comunidades étnicas a las que pertenecen. Pese a estar en su país, son calificados como “extranjeros” y no cuentan con plenos derechos políticos. Esto hace que muchos profesionales cualificados declinen ofertas de empleo en regiones alejadas donde son necesarios. Las restricciones a la libertad de movimiento son una de las principales vulneraciones de derechos del federalismo étnico. Dado que el diseño de las regiones no responde a los usos tradicionales del terreno ni a criterios geográficos, se producen múltiples conflictos por el uso del suelo agrícola, propiedad de los estados regionales. Asimismo, el marco federal permite la aparición de unas élites étnicas más interesadas en el mantenimiento de las tensiones, que les permiten canalizar el descontento hacia los “extranjeros.”

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#3 lo has sacado de algún sitio o lo has escrito tú? Digo por citarlo.xse agradecen comentarios que elevan el tono del portal

Adriel_Doe

#4 Es un resumen de diferentes fuentes caballero, se las incluyo a continuación.

https://elordenmundial.com/el-origen-del-nacionalismo-etnico-en-etiopia/

#Historia_reciente" target="_blank" class="content-link external" style="color: rgb(227, 86, 20)">https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Etiop%C3%ADa#Historia_reciente

https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Etiop%C3%ADa#Historia_reciente

https://www.tercerainformacion.es/opinion/18/11/2020/etiopia-de-una-guerra-etnica-a-un-conflicto-regional/

Un saludo caballero, y gracias por sus amables palabras.

Adriel_Doe

#4 Disculpe mi torpeza caballero, me he dejado este:

https://www.eluniverso.com/noticias/2020/11/22/nota/8054551/5-claves-entender-que-etiopia-esta-borde-guerra-civil-ano-despues/

Perdóneme caballero, cosas de la edad. Un saludo.

ur_quan_master

Mucha tensión y poca intensidad. Típico de las grandes resistencias.

D

La puta presa. Guerras por el agua