Hace 2 años | Por pablisako a es.sott.net
Publicado hace 2 años por pablisako a es.sott.net

Los lectores de Mario Puzo, autor de El Padrino, sabemos que la mafia tiene asuntos internos, que de vez en cuando las distintas familias arreglan sus cosas cierta noche, entrando en un restaurante y tiroteando las mesas, sin importarles que la metralla se lleve por delante a cualquiera que pase por allí. Los lectores de Mario Puzo hemos visto la trilogía completa de Ford Coppola, así que sabemos que la política y la mafia sólo se distinguen en que los mafiosos sí se rigen por un código de conducta: propio, dudoso, inmoral, pero que existe.

Comentarios

porcorosso

Me ha parecido una gilipollez de artículo y me jode que atribuya semejante sarta de gilipolleces al colectivo lectores de Mario Puzo.
y la única escapatoria de esa familia, de la empresa o círculo de poder denominado socialista, fue la de quitar del medio a los líderes del momento y escoger a uno que resultase más de Podemos que Podemos. Ése fue Pedro Sánchez, que comprendió antes que nadie que le iba a caer el encargo por parte de la élite si obedecía.

Porque los lectores de Puzo, además, estamos convencidos de que nadie cuenta los votos de las urnas. Todo es fingimiento. Todo es mentira. Que parezca un accidente.


Y mirando un poco he llegado a la conclusión de que es una gilipollez escrita por un gilipollas.
Aquí, algunas de sus perlas:

No al bozal
Porque la ciencia, en el caso de los bozales, lo que dice con claridad es que no aportan defensa alguna contra nada, y sí muchísimos perjuicios, algunos de ellos muy graves. A pesar de esto, los políticos -que son empleados de la élite que realmente gobierna- insisten en presionar a la población para que porte sobre la boca y la nariz esos infectos trapos empapados de miasmas.

http://mvalera.es/no-al-bozal/

¿Vas a dejar que sacrifiquen a tus hijos?
Ahí los tienes. A tus hijos. A tus sobrinos. A tus nietos. A todos. Habiendo pasado un invierno con las ventanas abiertas en clase. Con un trapo puesto en la boca durante horas. Siendo machacados por el terrorismo informativo que les llega por los cuatro costados. Aislados. Encerrados. Y ahora, ante la amenaza de ser inoculados con una sustancia experimental para que las élites y las grandes farmacéuticas cumplan con sus objetivos.
¿Vas a dejar que lo hagan? ¿Vas a dejar que sacrifiquen a tus niños en el altar de la plandemia?

http://mvalera.es/vas-a-dejar-que-sacrifiquen-a-tus-hijos/