En este caso se trata de implorar por la lluvia porque, en palabras del propio Obispo “el agua es regalo de Dios”, reproduciendo esa creencia atávica que liga los fenómenos naturales a la voluntad de los dioses. Sin embargo, la voluntad de los dioses no suele resultar útil para solucionar problemas de índole social, que afectan a toda la ciudadanía. Basta con recordar que una reforma laboral fue mucho más efectiva para conseguir un descenso notable de las cifras del paro, que las peticiones de una ministra a la Virgen del Rocío.
Comentarios
Acaban de sobreocupar la vía pública con las procesiones de semana santa y ya están organizando otra procesión para pedir lluvia a su dios.
#1 ojo, no los molestes no vaya a ser que se les de por pedir mas fuerte y te ahoguen con el resultado.
Volvemos al medievo..
Nos falta hacer la danza de la lluvia..
Pues parece que no funcionan mucho esas rogativas, o ese dios en concreto pasa de ellas, porque se han hecho ya peticiones similares en bastantes sitios, sacando el cristo/virgen/santo de rigor según costumbres locales, sin que caiga ni gota....
#4 El secreto es insistir hasta que llueva.